Añadida a la dificultad habitual de sintetizar el espíritu de una nueva entidad la imagen debía transmitir todos los conceptos de marketing en un proyecto cuyo centro de actividad inicial era en China, y por tanto adaptándose a esa cultura. Tras un estudio de la cultura china a través de formas y colores, y tras realizar muy diversas propuestas y variantes, conjuntamente con la dirección de todas las empresas implicadas en el consorcio se decidió por una imagen que se aleja de tecnológico y mecánico en Europa pero se acerca a conceptos tradicionales en esa cultura oriental. Junto al logo y esquema de colores se realizó un planteamiento de imagen corporativa y papelería básica.