Blender, el 3D Popular

Cuando era pequeño mi padre me dejó unas revistas que tenía él guardadas desde cuando estudiaba en la escuela industrial: Mecánica Popular. Mecánica Popular era una revista americana de finales de los '50 traducida al castellano que era como el programa Bricomanía pero a lo bestia, tan pronto estaban construyendo una rosaleda (para esos jardines de las casas de las películas americanas que aquí casi nadie tenía), como construían un sistema de regadíos usando gruas y todo. Quizá el tiempo me deforma el recuerdo pero en cualquier lugar el título lo decía todo: Mecánica Popular.

Me encantaba mirar esas revistas. Todo parecía tan fácil cuando uno tenía los medios necesarios, solo había que poner en marcha nuestro ingenio. Parece que las últimas generaciones de humanos y humanas tenemos ese anhelo por la "mecánica popular" que aún no se ha localizado en ningún gen concreto, pero que seguro que algún día lo encuentran, porque por ahí debe andar.

Ese mover de tuercas, resortes, tubos, apoyos y materiales se ha vuelto virtual. Hace 20 años la "tecnología popular" (vamos a modernizar el término), ese anhelo genético de las últimas generaciones, uno lo desfogaba con la fotografía o la hifi, eran campos técnicos que no todo el mundo seguía, con sus trucos de experto y muy, muy experimentales. Eso ya se ha acabado, las minicadenas y los reproductores mp3 que llevamos hoy en día en el bolsillo no tienen la más mínima magia. Está claro que la informática ha desplazada en el subconsciente colectivo a aquellas distracciones tecnocráticas de fin de semana.

No hay más que mirar a las pantallas (de cine o de televisión, da igual) para percatarse de que el summum del desarrollo informático se ha alcanzado con los sistemas de creación de imagen 3D. Las películas de hoy en día (y casi cualquier anuncio de televisión) son un dechado de magia visual desarrollados con programas informáticos que corren en cualquier PC. La guinda del pastel la proporciona el hecho de que encima tengamos uno de estos prodigios dentro del terreno Open Source: Blender 3D.

Una compañía holandesa que comenzó a programar su propio software 3D a principios de los '90, pues no había demasiado software donde elegir por aquel entonces, tras recopilar algunos premios por la publicidad creada por ellos (y en aquellos tiempos no vista) pues pensaron en comercializar su software. Se creó una empresa para tal efecto pero no fue muy bien la cosa. Lo bonito es que el programador principal y artífice del sistema no quiso tirar la toalla y propuso por Internet que la gente pagase 10 modestos dólares para reunir la cantidad necesaria para comprar los derechos del programa al grupo inversor que sostenía tal empresa fallida. La cosa funcionó, se reunió el dinero y se creó una fundación para que el software creciese respaldado por una comunidad de entusiastas programadores que trabajan gratis por la ilusión de ver crecer la criatura.

Tras varios años, la criatura Blender está a punto de ver cerrado el proceso de beta testing de la versión 2.4 y se está convirtiendo en una herramienta 3D muy, pero que muy interesante. En el caso de una herramienta 3D, por interesante que sea, incluso por intuitivo que digan los creativos 3D que es, no es una aplicación sencilla, más bien al contrario, puede llegar a ser una tortura mental, pero el caso es que Blender es un software muy potente y muy actualizado con características sorprendentes para ser un programa gratuito.

De todos modos, y para hacernos una idea, querer comparar Blender 3D con Maya, Softimage o 3D Studio, los grandes del sector, es como querer comparar MySQL 5 con Oracle. Sin duda Oracle es mucho más poderoso que MySQL, pero no se podría entender el boom de los portales y los weblogs en Internet sin MySQL 3, y ya vamos por el 5... Poco a poco estas herramientas de bases de datos han ido creciendo y lo que ofrecen ya está fuera de la comprensión de aquellos que las apoyaron al principio, porque en aquellos momentos las entendían. Ahora requieren estudiar una carrera de 5 años para sacarles todo el jugo, y toda esa "profesionalidad" que se ha ido añadiendo en los últimos años. Por lo menos los que las seguimos desde el principio las comprendemos bastante bien en su globalidad.

Con Blender 3D pasa lo mismo. Yo hace 2 largos años que lo sigo, y aprendiéndolo he ido aprendiendo 3D, pero su última actualización ha incorporado herramientas que ya no comprendo por su tremenda sofisticación: un gran paso adelante en los módulos de movimiento para personajes. Al principio Blender me pareció una opción interesante para dotar a mi trabajo de logos de un toque más moderno, me aficioné y he acabado creando cosas interesante, y además infectándome del virus del 3D que corre libremente por mis venas sin que mi sistema inmunitario haya podido reaccionar. Pero en la última actualización las incorporaciones son tan sofisticadas que no he llegado a probar ninguna de ellas, o bien no las acabo de comprender o bien no sabría en qué usarlas.

Blender 3D es un caso un poco particular, demasiado sofisticado para ser gratuito, pasar por su web y bajártelo para "probarlo en casa", demasiado Open Source para que sea usado por la industria profesional del cine. ¿Qué hueco le queda? ¿Qué sentido tiene entonces usarlo? No lo se muy bien, pero ellos parecen entusiasmados desarrollándolo, casi con un anhelo de alcanzar algún día a los "grandes". Quien quiera meterse en el terreno del 3D ya puede hacerlo sin gastarse las enormes cantidades que vale el software 3D bueno. De todos modos, que se arme de paciencia, gratuito o no, el software 3D tiene más tuercas, resortes, tubos, apoyos y materiales, virtuales claro, de los que se pueden alcanzar a usar con un par de manos y un ratón USB. Al que sepa sacarle algún provecho sus genes se lo agradecerán.