CSS (II): la traición de los navegadores

Las más grandes decepciones que tenemos en la vida son aquellas que resultan ser falsas pero funcionan, nos hacían felices de forma completa y satisfactoria. Descubrir quienes son los Reyes Magos es una de estas decepciones, funciona muy bien en nuestras vidas, tanto en el marco de los resultados como en el de los estímulos. Estamos a punto de descubrir otra: el navegador de páginas web más extendido del mundo funciona bien en representar las páginas que leemos, pero lo que muestra es falso. Pronto alguien tendrá que pagar las consecuencias. Ya sucedió una vez, un popularísmo navegador de páginas web pagó las consecuencias de sus malas acciones, nos defraudó y desapareció del mapa. Mosaic comenzó a desarrollarse en 1992 y tuvo tal impacto en la cultura tecnológica de la sociedad y sus usuarios más avanzados que el responsable del proyecto con algunos accionistas formaron una empresa para seguir el desarrollo: Netscape Communications Corporation. El navegador desarrollado por la compañía Netscape se convirtió en líder indiscutible desde su mismo lanzamiento en 1994. Esta compañía y su producto pasó por muchas vicisitudes, que se resumen en que desde su posición de hegemonía quisieron liderar una industria y pasar por encima de los estándares. Cuando la organización para la web empezó a dictar normativas bien planificadas para el cumplimiento de toda la industria ellos quisieron desmarcarse creando extensiones que solo su navegador soportaba. Como era el navegador mayoritario los creadores de páginas web se acomodaron a usarlas. Pero el tiempo trajo una sorpresa, la empresa líder del mundo en informática personal fue poco a poco introduciéndose en ese mismo nicho con un navegador que sí cumplía los estándares que se dictaban. Hubo un periodo de enconada competencia, un mano a mano entre los dos navegadores. Finalmente ganó el que cumplía mejor con los estándares. Y ese no era el pionero Netscape. Su navegador quedó arrinconado y murió la compañía, el producto y el navegador. Era muy engorroso tener que hacer dos versiones de cada web, una para cada navegador. Las características tecnológicas de ambos eran pobres y había que poner mucho esfuerzo para conseguir resultados notables; y además dos veces. De Netscape quedaría de todos modos una tecnología básica para la web actual: el lenguaje JavaScript, otra vez más vivo que nunca gracias a AJAX. Ahora solo quedaba un navegador líder y hubo un tiempo de tranquilidad para los creadores y diseñadores de páginas web. Su liderazgo sería parejo al de una popular herramientas para crear web: Dreamweaver. Ambos se complementaban muy bien, solo había que preocuparse de que las cosas se vieran bien en este triunfante navegador, casi todo colaba si se hacía con un poco de orden. Pero los estándares del organismo regulador de la web siguieron evolucionando, resultando en que este navegador tan popular se acomodó a hacer las cosas de una manera que estaba llena de errores: Internet Explorer en sus versiones 5 cumplía algunos estándares como el CSS2, pero solo a grandes rasgos, dejando de lado precisiones que la versión 6 ni se preocupó en corregir. Y todo el mundo, especialmente los profesionales que usaban de forma mayoritaria Dreamweaver, llenó la web de páginas para ser bien vistas en el navegador mayoritario que era Internet Explorer 6. La empresa desarrolladora de este navegador se ha demorado una eternidad en ofrecer una nueva versión corregida, pero mientas tanto Netscape renacía de las cenizas encarnado en el exitoso Firefox, convertido en proyecto de software libre. Este nuevo navegador ha tenido buen cuidado en superar a su rival y a su propio pasado en dos áreas clave: facilidad de uso y cumplir con los estándares, especialmente CSS2. Los terceros en discordia, Opera en PC, Safari en Mac, lo hacen igual de bien. Ahora resulta que no podemos hacer las páginas con todo el potencial que CSS2 y Firefox nos ofrecen porque tendremos problemas en Internet Explorer 6. Si los creadores de páginas web lo hiciéramos nuestros clientes nos recriminarían que las páginas no se ven bien en el navegador mayoritario. Pero las malas acciones de Internet Explorer se han vuelto en contra de sí mismo, y ahora está demorando la aparición de su versión 7 porque cuando salga las páginas actuales de la web no se verán bien en él, porque ahora sigue con más precisión el estándar CSS2 para ponerse al nivel de su competencia. Internet Explorer 6 ha estado mucho tiempo engañando a los internautas al forzar a los diseñadores a seguirle el juego, pero la salida de la versión 7 muy bien puede hacer que sus creadores paguen las consecuencias de tal política. La duda es: ¿cuanto tiempo necesitará la Red para renovar tanta página mal formada? ¿Acusará esta compañía el mal que le ha hecho a la Red por querer dominarla?, ¿o es culpa de todos los que somos diseñadores por querer hacer las cosas demasiado fáciles?