Dreamweaver, el rey destronado

No cabe duda de que Dreamweaver ha sido el rey indiscutible en lo que a sistemas de creación de páginas web se refiere durante varios años. Su apabullante presencia en las pantallas de los profesionales de la creación de páginas web es posible que no decrezca porque los profesionales son reacios a cambiar algo que ya funciona, y posiblemente porque en general los diseñadores, por innovadores que sean, son muy inclinados a la nostalgia, a diferencia de los técnicos, siempre ávidos de novedades.

En esta revolución tecnológica que significó Internet a finales de la pasada década se inició la necesidad empresarial de tener presencia en la Red. Esta necesidad cuajó en forma de editores visuales de texto y gráficos. Finalmente Macromedia, líder también en entorno Internet con su otra herramienta de animaciones Flash, nos ofreció con Dreamweaver un entorno de trabajo muy completo y técnico, pero suficientemente simple.

Seguramente la principal característica de Dreamweaver, la que le hacía más apreciable, más útil y más productivo era que todo lo que se colocaba en la página de Dreamweaver aparecía igual en los navegadores. Ofrecía automatismos propios (aquello que los técnicos llaman "scripts") que facilitaban mucho la vida tanto de los diseñadores de páginas como de los editores de contenidos. Al crear grandes sitios web con páginas estáticas sus habilidades de trabajo en grupo daban el toque final de profesionalidad a un equipo de creación y mantenimiento de webs. Dreamweaver era el paraíso de la creación web.

Siempre han habido algunos puntos flojos en todo ello. Las complicaciones que suponen que no todos los navegadores interpretan igual el marcado de etiquetas Html, fue siempre una barrera. El estándar de hojas de estilo CSS intenta acotar tal problema, y Dreamweaver lo incorporó de forma elegante pero de una eficiencia relativa, siempre mejorando por entregas en cada nueva versión, casi para hacernos adictos a su actualización. De todos modos los pasos realmente difíciles seguían siendo difíciles, aunque de otra manera.

Pero ahora vivimos un nuevo estadio de la Internet, la proliferación de los CMS, sistemas de gestión de contenidos. Con un CMS se instala una web con una infraestructura de base de datos y programas que nos dan dentro mismo del navegador las ventanas para llenar nuestras páginas con simples formularios. Hace falta un especialista que lo arranque, pero una vez arrancado un CMS es muy sencillo de mantener. Además han triunfado las opciones open source, usando herramientas gratuitas pero enormemente eficientes como PHP y MySQL. Poco a poco todas las webs estáticas, grandes o modestas, están transformándose a esta nueva concepción de la comunicación.

En este nuevo entorno Dreamweaver no tiene nada que ofrecer, y si bien había incluido herramientas para gestión de base de datos y entornos de aplicaciones web, estas se han hecho innecesarias, pues, ¿quien estará programando entornos web desde 0 cuando existen fabulosas herramientas intuitivas completas? Cada CMS es un mundo en sí mismo, y todos tienen sus ventajas e inconvenientes, pero una vez que nuestros consultores hayan elegido una herramienta de contenidos la cuestión es aprenderla y trabajar mucho con ella. Que los sistema CMS sean simples no quiere decir que cuanto más potentes son más hay que trabajar con ellos para dominarlos y adaptarlos a nuestras necesidades con precisión.

En un mundo tan grande, con tantas soluciones ya en marcha, es posible que hay sitio para todos, y puede que haya grandes infraestructuras creadas con herramientas más antiguas. Así como el diseñador sigue teniendo las mismas dificultades en definir una imagen y usabilidad correctas para las webs actuales como lo tuvo para las antiguas, el programador y el editor de webs (todos ellos perfiles comúnmente englobados bajo el concepto "diseñador de páginas") se encuentran en nuevo estadio, donde la herramienta es la misma web. Para la edición pura de código (PHP, CSS, XHMTL u otros) hay herramientas más simples y mejor adaptadas. Me parece que para la mayoría de los Dreamweavers ha llegado el momento de la jubilación.